El volcán Askjan podría hacer erupción en Islandia, tierra de hielo y fuego. En los últimos años, el cráter Viti, (cuyo nombre significa “infierno” en islandés) ha empezado a emanar un penetrante olor a azufre y a presentar una serie de gases venenosos; ambos signos son las primeras señales de un fenómeno que podría poner al mundo en vilo.
Michelle Parks, volcanóloga de la Oficina Meteorológica de Islandia, monitorea de cerca las amenazas de Askja, uno de los volcanes más poderosos de la región, mientras los científicos alertan sobre el impacto global de las erupciones volcánicas impulsadas por el cambio climático.
Este volcán, ubicado en el Parque Nacional Vatnajökull, fue protagonista de una explosión en 1875 que dejó una inmensa caldera de 11 km cuadrados. Pero no ha sido el mismo desde 2021, cuando empezó a inflarse rápidamente debido a la acumulación de magma, alcanzando ya 80 centímetros de levantamiento. Un estallido de la magnitud del Monte Santa Helena podría darse si el magma sigue acumulándose, desatando una explosión devastadora.
Deshielo en volcán Askjan podría causar erupción
El equipo de Parks busca signos de una posible erupción monitoreando la temperatura y acidez del lago en el cráter Viti. El cambio en estos niveles es un indicador de que los gases presionan desde el interior, acercando cada vez más el riesgo de una erupción. Sin embargo, los científicos ahora enfrentan otro factor alarmante: el derretimiento de los glaciares debido al cambio climático. Estudios recientes revelan que el retroceso glaciar reduce la presión sobre la corteza terrestre, impulsando la actividad volcánica y generando un aumento de magma.
Deshielo en Volcán Askjan y otros cuerpos podría repetir la última era glacial
Islandia ha perdido aproximadamente un 16% de sus glaciares en los últimos 130 años, y los expertos predicen que, al ritmo actual, más de la mitad del hielo restante desaparecerá antes de terminar el siglo. Esta pérdida podría desatar un escenario catastrófico de erupciones, no solo en Islandia, sino también en otras zonas volcánicas cubiertas por glaciares, como la Antártida, los Andes y las montañas Cascade de América del Norte. Estudios revelan que la actividad volcánica global aumentó entre dos y seis veces tras el retroceso de los glaciares al final de la última era glacial, y parece que la historia podría repetirse.
Islandia es una prueba latente de los efectos devastadores de las erupciones. En 1783, el volcán Laki liberó una nube de gases tóxicos que mató a más de la mitad del ganado del país y causó hambrunas en la población. Hoy, un fenómeno similar podría tener repercusiones aún mayores debido a la crisis climática, acelerando la pérdida de glaciares, elevando los niveles del mar y exacerbando el calentamiento global.